El pasado 17 de enero, la Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación (ADECEC), organizó un debate titulado ‘El papel de los Think Tanks en la configuración de la opinión pública’. Se trataba de analizar el rol que juegan organizaciones como Foro Regulación Inteligente a nivel de creación de opinión e influencia en el conjunto de la sociedad. Todo, en un marco diseñado para servir de punto de encuentro entre agencias, medios, clientes y agentes influyentes en la sociedad para, tratando temas de asuntos públicos y comunicación, incrementar el valor y el conocimiento de las actividades de lobby en España.
Foro Regulación Inteligente participó en el debate de la mano de su director, Diego Sánchez de la Cruz, que compartió mesa con Marta Angerri, del Círculo de Economía; Roger Montagnola, de la iniciativa Twenty50, y María Solanas, del Real Instituto Elcano. El encuentro, que se celebró en la EAE Bussiness School de Madrid, fue todo un éxito de convocatoria y resultó muy enriquecedor.
A lo largo del debate, las distintas intervenciones pusieron de manifiesto el papel cada vez más relevante que tienen los think tanks en el conjunto de la sociedad. Tras explicar cada uno de los intervinientes el origen, la trayectoria y las bases de sus organizaciones, se abrió un debate en el que quedó de manifiesto que, como incidió Sánchez de la Cruz, estas organizaciones intentan “que la agenda de los políticos confluya con lo que preocupa a la sociedad civil, con datos en la mesa”.
Otro de los elementos comunes a la actividad de los think tanks que se puso de relieve durante el encuentro fue su independencia y la libertad de acción y la credibilidad que dicha característica les otorga. “Si tuviera que quedarme con un aspecto especialmente importante en el mundo de los think tanks sería la independencia de nuestras instituciones”, destacó Sánchez de la Cruz”.
El director de Foro Regulación Inteligencia puso en valor el trabajo específico realizado por los think tanks en relación directa con empresas precisamente como una forma de poder mantener dicha independencia de cara a estudios más generales. “Los trabajos concretos que realizamos en materia de inteligencia económica son una forma de compromiso con las empresas. No es incompatible con las investigaciones generales y de interés público”, aseguró.