A diferencia de otros Estados europeos, Suecia no ha aprobado medidas radicales en lo referente al aislamiento de su población, sino que ha optado por llevar adelante una serie de medidas mucho menos restrictivas. Según el índice de restricciones que ha preparado la universidad británica de Oxford, el país escandinavo recibe tan solo una calificación de 55 puntos, alrededor de la mitad de la nota dada a países como Italia o España.
Como resultado de ello, se ha detectado importantes diferencias en lo que ha movilidad se refiere entre España y Suecia. Mientras que en el Estado del norte la asistencia presencial al trabajo tan solo disminuía en un 24%, en España se reducía en un 63%. Siguiendo la misma tendencia que el descenso de las visitas a los supermercados, habiendo bajado hasta un 44% en España, y solo un 15% en Suecia, o la concurrencia observada en parques y zonas verdes, observándose un crecimiento de hasta un 84% en Suecia, y una importante caída del 85% en nuestro país.
Según los defensores de este tipo de aislamiento, el objetivo es la búsqueda de la inmunidad comunitaria en vez de minimizar el impacto sanitario de corto plazo. Según los defensores de esta estrategia sueca, una mayor mortalidad sería fruto de un resultado lógico de la decisión de Noruega o Dinamarca de posponer contagios y muertes mediante el bloqueo completo de sus comunidades. Aun así, ahora se deberá analizar qué ocurrirá cuando se empiecen a abrir y se pueda dar el caso de una segunda oleada de coronavirus.
En el ámbito económico el Gobierno sueco estima que el desempleo aumentará previsiblemente de una forma más moderada que en el resto de los Estados europeos, entre el 7% y el 9%, así como también se estima una bajada del 4% del Producto Interior Bruto a lo largo del año.
Aun así, surgen dudas sobre el desarrollo de esta estrategia, porque si por ejemplo nos fijamos en el número de positivos diagnosticados, se puede observar la brecha amplia con respecto a Dinamarca, Noruega o Finlandia. Pero por el contrario en lo relativo al número de test realizados, Suecia sí presenta datos alejados a los de los Estados colindantes.
Como ya se ha indicado, todavía es pronto para poder valorar la efectividad de este tipo de modelo de prevención nacional, ya que se tendrá que ver el efecto que tiene a largo plazo la reactivación de la economía y la interacción con los países más cercanos, lo cual puede llevar aparejada una segunda ola de casos de COVID-19.