Tras varios años de tira y afloja entre ambos bloques, Washington y Bruselas comunicaron a última hora del pasado 21 de agosto que han alcanzado un pacto para reducir los aranceles vigentes en distintos tipos de productos intercambiados de forma cotidiana a ambos lados del Atlántico.
El acuerdo, que supone el primer pacto comercial entre ambos socios en más de dos décadas, contempla por ejemplo la eliminación de las tasas de importación aplicadas a las importaciones de langosta procedente de Estados Unidos. En 2017, Bruselas creó distintas barreras arancelarias que ahora van a ser replegadas de forma progresiva durante un periodo de cinco años que terminará resultando en la eliminación permanente de estas tarifas.
Por su parte, Washington ha acordado un recorte del 50% en las tasas arancelarias aplicadas a distintos productos europeos que hoy por hoy están siendo gravados con distintas tarifas que encarecen su entrada en el mercado estadounidense. Entre dichos productos figuran las comidas preparadas, las vajillas de cristal, los productos de tratamiento de superficies o los mecheros.