La recuperación económica que se espera tras la pandemia del coronavirus se caracterizará por la asimetría, según el último informe de JP Morgan. Esto significa, por ejemplo, que las grandes empresas saldrán más fuertes que las pequeñas, que los trabajadores mejor cualificados saldrán bien parados en relación con el resto de asalariados o que el sector público mantendrá unos niveles de gasto y de empleo más altos que el sector privado.
En un primer momento, la esperanza de muchos analistas era que la salida del confinamiento propiciase un “rebote” económico casi automático, normalizando la producción en el más corto plazo. Era la tesis de una recuperación con forma de V. Posteriormente empezó a calar el miedo a que la salida fuese más larga, lo que llevó a hablar de una crisis en U. Incluso en el caso de España se ha planteado que la crisis puede describir una L, puesto que la recuperación del PIB perdido no está prevista hasta 2023.
Ahora, JP Morgan plantea la hipótesis de la K, con la que alude a una recuperación marcada por la desigualdad. Después de que la economía tocase fondo debido a las restricciones tomadas para luchar contra la COVID-19, la reactivación propiciada por estímulos monetarios y fiscales de diversa índole prefigura una economía de dos velocidades.