España es un país de pequeñas empresas y su creación, consolidación y crecimiento depende en gran medida del nivel de regulación impuesto por las administraciones que les afectan. De hecho, el Círculo de Empresarios ha puesto de manifiesto que existe una correlación entre la mayor libertad normativa y el crecimiento de las Pymes en el mapa autonómico español.
El tejido empresarial de España está formado principalmente por microempresas. El 94,6% de las compañías españolas tienen entre 0 y 9 empleados, a lo que hay que sumar el 4,7% de aquellas consideradas pequeñas (entre 10 y 49 empleados). Estas cifras contrastan con las de países como Alemania y Reino Unido, donde las microempresas representan, respectivamente, el 82,4% y el 89,2% del espectro empresarial.
Estos datos, reflejados en el informe ‘La empresa media española’, elaborado por el Círculo de Empresarios y el servicio de estudios del BBVA, enfatizan la necesidad de lograr una hegemonía regulatoria en España, donde prima un gran desequilibrio en este campo entre comunidades autónomas.
En este sentido, el informe ejemplifica comparando las situaciones de Navarra y Extremadura. En el caso de la Comunidad Foral, el porcentaje de empresas medianas sobre el total duplica al de las extremeñas. Las razones, esgrimen desde el Círculo de Empresarios, tienen que ver con la mayor libertad comercial de Navarra.
País Vasco, Madrid, Cataluña y La Rioja son, junto a la comunidad foral, líderes en el porcentaje de empresas medianas sobre empresas con asalariados. En el punto opuesto se encuentran Castilla-La Mancha, Andalucía y Asturias, con los porcentajes más bajos de todo el tejido empresarial español.
El estudio pone de manifiesto que son precisamente aquellas regiones con un mayor grado de libertad normativo y en las que se ha dado una mayor inversión en I+D las que mantienen un porcentaje más alto de empresas medianas sobre el total.